Foto: SiCultura CR

Una familia se dedica a la siembra y cosecha de cacao siguiendo la tradición de sus antepasados en el territorio bribri de Talamanca, en Limón. Comercializan el cacao en bolita y rayado, para hacer frente a los bajos precios en la región.

Fabiola Pomareda García (*)

En la olla humea el cacao caliente, que ha sido preparado con agua y batido con un molinillo de madera. Varias ollas están sobre el fogón tradicional, en la casa principal de la familia Buitrago Páez. Ésta se levanta sobre postes de madera, y la rodean las otras casas de madera de las y los integrantes de la familia, frutales y nidos de oropéndolas. Bajo las casas se pasean chanchos, una pata con 10 patitos, chompipes y perros.

Rosi Buitrago Páez, de 23 años, nació aquí en el territorio bribri de Talamanca, en la provincia de Limón.

“El lugar donde vivo se llama Meleruk. Tenemos como cuatro hectáreas de cacao en diferentes tamaño, tenemos cacao viejo, otro de cuatro años, otro de dos años y tenemos unas que apenas están empezando, que tienen como seis meses”, dijo.

Sus antepasados siempre trabajaron con cacao, de ahí que su abuela enseñó a su madre Erolinda, y ella a sus hijos e hijas. Entre todos recogen las semillas, las siembran en bolsas para que empiecen a crecer y después de alrededor de tres meses transplantan. Como son muchos en la casa -seis hermanos y dos hermanas, papá y mamá-, todos trabajan sembrando y cosechando el cacao, aunque la preparación en la cocina la hacen más que todo las mujeres.

Así explicó Rosi el proceso de producción del cacao:

“Bueno, se siembra la semilla; unos duran un año y seis meses para la primera cosecha. La primera cosecha no es buena porque como es nueva como que no agarra. Ya la segunda es la mejor y van saliendo mejores. De ahí se recoge el cacao, se limpia; luego se pone a secar lo mas cuatro días al sol y ya cuando está seco ya se puede usar para preparar el cacao. El cacao se tuesta a fuego y dura como 45 minutos. Luego se le quita la cáscara, se le quita la semilla y luego se muele. El proceso dura hora y media. Ya cuando se muele sale la pasta de chocolate y de ahí ya empezamos a hacer las bolitas de chocolate”.

Actualmente los precios del cacao mojado o en baba están bajísimos en Talamanca, como afirmó Rosi. El kilo de cacao mojado o en baba está a ¢350. El proceso de secado dura cuatro días y el kilo de cacao seco está a entre ¢850 y ¢900, que también es bajísimo.

Estos precios contrastan con el precio de exportación. El kilo de cacao gourmet en semilla seca se vende aproximadamente a US$4,50 el kilo (¢2.520), sobre todo a Estados Unidos y Europa, según datos de la Asociación de Pequeños Productores de Talamanca (APPTA), una de las mayores comercializadoras de cacao en el país, sobre todo orgánico.

Por eso desde hace tres años la familia de Rosi decidió comercializar su cacao en pasta. De 3 kilos de cacao seco sacan 38 pelotitas (de 250 gramos cada una). Las venden a ¢1.000 cada una y la bolsa de cacao rayado a ¢1.300 la bolsa (de 250 g.).

“El cacao es la mayor producción que hay en Talamanca, igual que el banano, y no tiene un buen precio. Entonces nosotros para aprovechar los trabajos que hacemos y no darlos en vano, porque en otras palabras lo regalaríamos, hacemos la pasta, que nos sale mejor, para sacarle provecho a la tierra de nosotros”, continuó Rosi.

“La idea de nosotros es seguir vendiendo cacao, porque en sí, nos trae muchos beneficios en la casa. Somos una familia grande y como todo está barato allá, el plátano, banano, entonces tratamos de vender cacao para nuestras necesidades y para seguir en esto, porque no se puede perder el esfuerzo que hacemos”, expresó.

Si quiere más información sobre este proyecto familiar, puede llamar a Rosi Buitrago Páez al 8484-5153.

(*) Periodista. Trabaja en la Asociación Voces Nuestras y colabora con la Red de Coordinación en Biodiversidad (RCB).